| 1 | Nínive, un destructor avanza contra ti, así que monta guardia en el terraplén, vigila el camino, renueva tus fuerzas, acrecienta tu poder. | |
| 2 | Porque el Señor restaura la majestad de Jacob, como la majestad de Israel, pues los destructores lo han arrasado; han arruinado sus sarmientos. | |
| 3 | Rojo es el escudo de sus valientes; de púrpura se visten los guerreros. mientras se alistan para la batalla y los guerreros agitan sus lanzas. | |
| 4 | Desaforados corren los carros por las calles, irrumpen con violencia por las plazas. Son como antorchas de fuego, como relámpagos zigzagueantes. | |
| 5 | Convoca el rey de Nínive a sus tropas escogidas, que en su carrera se atropellan. para levantar la barricada, | |
| 6 | pero se abren las compuertas de los ríos y el palacio se derrumba. | |
| 7 | Ya está decidido: la ciudad será llevada al exilio. Gimen sus criadas como palomas, y se golpean el pecho. | |
| 8 | Nínive es como un estanque roto cuyas aguas se derraman. «¡Deténganse!» «¡Deténganse!», les gritan, pero nadie vuelve atrás. | |
| 9 | ¡Saqueen la plata! ¡Saqueen el oro! El tesoro es inagotable, y abundan las riquezas y los objetos preciosos. | |
| 10 | ¡Destrucción, desolación, devastación! Desfallecen los *corazones, tiemblan las rodillas, se estremecen los cuerpos, palidecen los rostros. | |
| 11 | ¿Qué fue de la guarida de los leones y de la cueva de los leoncillos, donde el león, la leona y sus cachorros se guarecían sin que nadie los perturbara? | |
| 12 | ¿Qué fue del león, que despedazaba para sus crías y estrangulaba para sus leonas, que llenaba de presas su caverna y de carne su guarida? | |
| 13 | Pero ahora yo vengo contra ti afirma el Señor omnipotente. y mataré a filo de espada a tus leoncillos. Pondré fin en el país a tus rapiñas, y no volverá a oírse la voz de tus mensajeros. | |