| 1 | ¡Ay de los que descienden a Egipto en busca de ayuda, de los que se apoyan en la caballerÃa, de los que confÃan en la multitud de sus carros de guerra y en la gran fuerza de sus jinetes, pero no toman en cuenta al *Santo de Israel, ni buscan al Señor! | |
| 2 | Sin embargo, el Señor es también sabio, y traerá calamidad, y no se retractará de sus palabras. Se levantará contra la dinastÃa de los malvados, contra los que ayudan a los malhechores. | |
| 3 | Los egipcios, en cambio, son *hombres y no dioses; sus caballos son carne y no espÃritu. Cuando el Señor extienda su mano, tropezará el que presta ayuda y caerá el que la recibe. ¡Todos juntos perecerán! | |
| 4 | Porque asà me dice el Señor: «Como león que gruñe sobre la presa cuando contra él se reúne toda una cuadrilla de pastores; como cachorro de león que no se asusta por sus gritos ni se inquieta por su tumulto, asà también el Señor *Todopoderoso descenderá para combatir sobre el monte *Sión, sobre su cumbre. | |
| 5 | Como aves que revolotean sobre el nido, asà también el Señor Todopoderoso protegerá a Jerusalén; la protegerá y la librará, la defenderá y la rescatará.» | |
| 6 | Israelitas, ¡vuélvanse a aquel contra quien ustedes se han rebelado tan abiertamente! | |
| 7 | Porque en aquel dÃa cada uno de ustedes rechazará a los Ãdolos de plata y oro que sus propias manos pecadoras fabricaron. | |
| 8 | «Asiria caerá a espada, pero no de hombre; una espada, pero no de hombre, la consumirá. Huirá para escapar de la espada, y sus jóvenes serán sometidos a trabajos forzados. | |
| 9 | A causa del terror caerá su fortaleza; ¡sus jefes dejarán abandonada su bandera!» Lo afirma el Señor, cuyo fuego está en Sión, y cuyo horno está en Jerusalén. | |